Con motivo del Día Internacional de la Mujer, hemos querido abordar el papel de la mujer en un sector con una alta empleabilidad y potencial como el nuestro.
Miriam Torres, Miriam Bernardo, Iciar Sesma, Núria Agustí, Minerva Liste, Blanca García, Zohraida García, Cristina Anduiza, Cristina Tirado, María Fernández, Eva Armenteros y Elena Gómez son una gran representación del equipo que forma parte de Omega.
Hoy, a través de esta entrevista nos comparten, sus opiniones, puntos de vista y otras reflexiones sobre la participación de la mujer en el sector de la tecnología.
Nuestras compañeras confirman la existencia de una disparidad de género, rompen el mito de que la tecnología es aburrida, nos cuentan las dificultades, la importancia de la actitud y sus experiencias para dar visibilidad y animar a jóvenes mujeres con inquietudes en este campo.
Iciar, ¿qué te motivó a estudiar Matemáticas?
A mi madre siempre le han encantado los pasatiempos y estaba suscrita a una revista de juegos de lógica que se llamaba Logic, así que un poco por «imitación» terminé adorando los puzzles, pasatiempos y cualquier juego de lógica. Esto hizo que las Matemáticas del colegio fuesen una de mis asignaturas favoritas, por lo que cuando me tocó decidir que estudiar no lo pensé mucho y me guié por la vocación. Además, mis padres me insistieron en que tenía capacidad para hacer la doble titulación con Ingeniería Informática y así lo hice.
¿Cómo recuerdas tu formación?
La recuerdo como una etapa súper feliz en mi vida porque la mayoría de las asignaturas me gustaban muchísimo, sentía que estaba explotando mi potencial a nivel intelectual y me rodeé de gente que se convirtieron en amigos para siempre.
Y en tu caso Minerva, ¿cúal es tu especialidad en Omega?
Soy Project Lead y mi especialidad es ayudar a mis clientes a definir sus productos y planificar la mejor manera de llevarlos a cabo.
¿Cómo fueron tus inicios profesionales?
Mis inicios están lejos de mi carrera actual, estudié Comunicación Audiovisual y durante bastante tiempo me dediqué a la producción de publicidad, hasta que a través del marketing digital me introduje en el mundo de la tecnología. De pequeña nunca me planteé seriamente estudiar ingeniería, me parecía algo demasiado serio y aburrido. ¡Ojalá alguien me hubiese explicado lo creativo que puede llegar a ser nuestro sector!
En tu caso, Nuria, que estudiaste Administración y Dirección de Empresas (ADE), ¿cúal ha sido tu recorrido para terminar en el sector tecnológico?
Te lo resumiría en una frase: la curiosidad y las ganas de adaptarme a las nuevas necesidades me han llevado al sector tecnológico, pero sí, como bien dices, estudié ADE enfocado a un perfil más de marketing. Me fuí un año a Suecia y al regresar mis primeras experiencias profesionales estuvieron más relacionadas con el marketing tradicional, pero he ido evolucionando hacia el marketing digital hasta llegar aquí.
¿Cómo has llegado a tu puesto actual?¿En qué consiste tu trabajo?, ¿qué destacarías?
«Aunque vengo de un área totalmente distinta, la biotecnología, encontré un punto en común con la informática: el análisis de datos. Actualmente, soy consultora de Marketing Cloud y desarrolladora de Tableau.
Siempre tuve interés por lo «techie» y pude hacer mi camino a través del aprendizaje sobre éste, además de business intelligence y marketing.
Me gustaría destacar el dinamismo de lo que hago día a día, estando involucrada en proyectos de todo tipo y en todas las fases, por lo que el aprendizaje no es sólo a nivel de herramienta, sino mucho más global.
Miriam, como parte del equipo de desarrollo de negocio, ¿qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Sin duda, la evolución constante, no sólo en un ámbito profesional, sino en la esfera más personal. Tratar cuestiones diversas con diferentes interlocutores te brinda la oportunidad, no sólo de aprender, sino también de enseñar y adaptar mi aprendizaje a diferentes ámbitos.
Destacaría otro aspecto muy importante, sobre todo, para mentes «algo inquietas”, el crecimiento parece no tener límites dentro de un ecosistema donde los términos innovación y transformación están a la orden del día.
Por último y, no menos importante, lo gratificante de ayudar y que el trabajo de tu equipo se vea reconocido gracias al éxito de tu cliente.
Resumiendo,«esa constante aventura» que me encanta: ningún día es igual al siguiente y aporta más que el ayer.
Cristina, cuentas con una dilatada experiencia profesional en el sector tecnológico, ¿qué destacarías?
El mundo tecnológico me ha apasionado desde pequeñita, nacida en 1978, empezando por el hardware, desmontando radios y reproductores de CD para ver sus tripas, hasta el mundo del software intentando programar mi juego favorito, el tetris.
La tecnología avanza a la velocidad del rayo y lo que ayer es una novedad, en poco tiempo, se considera obsoleto, por lo que te obliga siempre a estar activo y alerta a las tendencias futuras.
Esto hace que se abrán muchas oportunidades nuevas de redirigir tu carrera, y eso es lo que me pasó a mí. Arranqué mi carrera profesional en el mundo del Business Intelligence (BI) dentro de un Fabricante, Information Builders, y la desarrollé por completo durante 13 años. Después creé mi propia empresa, y me abrí a todo el portfolio de soluciones del mundo de BI/BA. Por el camino, tuve contacto con un potencial Cliente de Banca familiar, que me abrió la curiosidad por el mundo de las soluciones en la nube, me topé con Salesforce y fué amor a primera vista.
Y aquí estoy, escribiéndoos desde Omega.
Vocación y actitud para seguir evolucionando en el sector tecnológico. ¿Estás de acuerdo, Miriam?
Considero que para trabajar en este ámbito tecnológico, hace falta conocimiento y experiencia, pero sobre todo actitud.
Si añadimos a la suma la vocación, si es importantisimo, pero en mi opinión la actitud es vital.
María, como parte del departamento de Talento. ¿Cómo habéis notado la evolución de la incorporación de la mujer?
Desde mi punto de vista es algo que se ha observado entre los últimos 7 – 10 años. Es decir, creo que el cambio de tendencia en el acceso de las chicas a puestos de ingeniería y tecnología no es muy reciente. Efectivamente, cuando llegué a Omega eran muy pocas las mujeres en el equipo y poco a poco se ha ido notando el cambio. Aunque aún queda mucho camino por andar, a día de hoy, en Omega, casi un 35 % de nuestra plantilla total son mujeres.
¿Qué queda por luchar? Por nuestro acceso a posiciones de responsabilidad. En parte debido a que hemos accedido más tarde a puestos relacionados con ingeniería y tecnología, y por otro lado, porque es complicado compaginar una posición de dirección con el cuidado familiar, sigue siendo muy poca la representación de la mujer en posiciones de responsabilidad. Una tendencia que está cambiando pero, desde mi punto de vista, a un ritmo muy lento. Y es que no conseguimos dejar nuestro papel protagonista en el cuidado de la familia y la casa. Ojo, no sólo de los hijos, sino también de nuestros mayores. Por ejemplo, en un año como 2020 en el que hemos tenido que hacer un esfuerzo extra para compaginar trabajo y familia, el incremento en las solicitudes de reducciones de jornada para el cuidado de familiares ha sido notable. Más de un 90% de esas solicitudes en Omega han sido de mujeres. Cambiar esta tendencia en nuestro país es difícil. Al hecho de que, por «tradición», parece que seguimos siendo las mujeres las responsables del bienestar de la familia, se une una brecha salarial importante entre hombres y mujeres que aún es muy evidente en muchos sectores, algo que nos hace entrar en bucle: si el salario de la mujer es menor, es más probable que sea ella la persona en la familia que reduce su jornada cuando es necesario, lo cual disminuye sus posibilidades de acceso a posiciones de responsabilidad a las que no puede dedicar el tiempo que requieren, y esto a su vez continúa aumentando la brecha salarial. De que seamos capaces de invertir esta tendencia dependerá nuestra evolución en el mercado laboral. En mi opinión esto ya no es una cuestión de género, pues está más que demostrado que aún con nuestras diferencias, somos igual de capaces, sino que se trata de una cuestión de cultura, tradición y, fundamentalmente, de educación.
Blanca, ¿qué consejo le darías a otras mujeres que estén pensando, en orientar su desarrollo profesional hacia carreras técnicas?
Les diría que no se dejen influenciar por opiniones externas, que sigan su instinto y que nunca, bajo ningún concepto, duden de sus capacidades. También les aconsejaría que no den por normalizados comentarios y actitudes que pongan en duda su valía sólo por el mero hecho de ser mujeres, empezando ya en su etapa de estudiantes y posteriormente en su carrera profesional . Este consejo es aplicable obviamente en todos los ámbitos de la vida, pero en carreras técnicas como la nuestra, quizás por ser minoría, me parece aún más importante. Y que saquen pecho, mucho, todo el que puedan, porque no sólo se estarían decantando por su vocación, sino que estarían sirviendo como gran ejemplo a todas esas niñas que en un futuro seguramente se harán la misma pregunta que ellas se están haciendo en este momento, y que por desgracia puedan estar dudando por haber ya escuchado la famosa y absurda frase «ese trabajo es para chicos».
Elena, Technical Lead en Omega, una última recomendación
Es cierto que cuando te dedicas a una profesión tecnológica, al inicio de la misma, puedes sentir como el hecho de ser minoría en las reuniones y en los equipos de trabajo, puede llegar a influir en tus comportamientos.
Sin embargo, con los años he constatado que la capacidad profesional de una persona tiene como base su formación, liderazgo y capacidad de adaptación, independientemente de ser hombre o mujer.
Por tanto, recomendaría a las mujeres que se inician en estas carreras profesionales a confiar en estos valores desde el principio.
Como conclusión para tod@s, vale la pena apostar por caminos desconocidos y romper los prejuicios, seguir tus sueños, tus pasiones y que nadie tes diga que no puedes intentarlo.
#JuntosCrecemos #JuntosSumamos
